Dejamos Puerto Varas y cruzamos en ferry por el canal de Chacao hasta Chiloé, y por introducir algo sobre la isla, diremos:
La cultura de Chiloé difiere de la del resto del país por la existencia de rasgos propios generados en parte por la mezcla de tradiciones indígenas e hispánicas y en parte por las soluciones originales que se han encontrado para resolver los problemas que plantea el medio ambiente insular (wikipedia, obvio)
Palafitos de Castro
Cerca a Castro está la comuna de Llau Llao celebrando, como no, su fiesta costumbrista de la manzana de la cual precisamente carecen éste año, pero eso no era problema... Allí probamos nuestro primer curanto (a la olla) y pasamos el día viendo como fabrican artesanalmente la chicha, un jugo alcohólico de manzana, y probando tartas, las llamadas Kuchen (clara influencia alemana).
Fuimos al supermercado del pueblo a buscar algo para cenar y regresando con unas sopas y algo de fruta bajo el brazo... sorpresa!, de un quincho salía humo de unas brasas y se acercaba la gente. Era la sede social del pueblo y celebraban su fiesta costumbrista; no era la famosa fiesta de la luna pero nos fue de maravilla ya que hacían anticuchos ( brochetas enormes de carne de vacuno y longaniza)
Coincidimos con su periodo de fiestas costumbristas con lo cual constatamos lo dicho; la wiki no miente. Es netamente pesquera, destacar su gastronomía con papas nativas de diferentes colores (se dice que la mayoría de papas del mundo tienen su orígen en Chiloé), sus iglesias que son patrimonio de la humanidad, su mitología, leyendas, la artesanía y su clima, bastante lluvioso.
Al llegar a Castro, como en otras ocasiones, se nos acercó una sra. ofreciéndonos alojamiento cercano y nos convenció, así que estuvimos dos noches en casa de Gilda y familia. Lo más llamativo de Castro son sus palafitos sobre el mar y, como en el resto de la isla, su gastronomía basada en el pescado y marisco. Sabido ésto nos fuimos por el mercado artesanal y comimos unas buenas y baratas navajuelas de bienvenida. Para el que le guste el marisco, comprar un kg de almejas rondan 700 pesos chilenos, un euro aproximadamente... ¡y a nosotros nos gusta mucho el marisco!
Cerca a Castro está la comuna de Llau Llao celebrando, como no, su fiesta costumbrista de la manzana de la cual precisamente carecen éste año, pero eso no era problema... Allí probamos nuestro primer curanto (a la olla) y pasamos el día viendo como fabrican artesanalmente la chicha, un jugo alcohólico de manzana, y probando tartas, las llamadas Kuchen (clara influencia alemana).
Chicha de manzana
Decidimos ir hacia el sur de la isla, a Cucao, ¡y volvimos a encontrarnos con David y Natalia! Qué grandes! Llegamos en bus a Cucao y aconsejados buscamos el camping "la abuela", que para llegar hay que cruzar en bote.
Decidimos ir hacia el sur de la isla, a Cucao, ¡y volvimos a encontrarnos con David y Natalia! Qué grandes! Llegamos en bus a Cucao y aconsejados buscamos el camping "la abuela", que para llegar hay que cruzar en bote.
Camping "La abuela"
Cucao fue arrasado por el maremoto del 60, es un pueblo pequeño que tiene en el Parque Nacional Chiloé y sus playas su mayor interés. Nos instalamos, fuimos al parque (por el mismo camping, gran atajo) y a la vuelta, tras recoger el tronco más grande e incómodo de transportar (gracias, David) hicimos un fuego y nos comimos unas curradas brochetas de longaniza y unas machas. Compartimos noche con unos jóvenes de santiago de muy buena onda y a dormir.
Cucao fue arrasado por el maremoto del 60, es un pueblo pequeño que tiene en el Parque Nacional Chiloé y sus playas su mayor interés. Nos instalamos, fuimos al parque (por el mismo camping, gran atajo) y a la vuelta, tras recoger el tronco más grande e incómodo de transportar (gracias, David) hicimos un fuego y nos comimos unas curradas brochetas de longaniza y unas machas. Compartimos noche con unos jóvenes de santiago de muy buena onda y a dormir.
improvisando unas brochetas...
Al día siguiente recogimos y nos fuimos a ver unas playas del parque; la fuerza del Pacífico es brutal y más con un día malo, gris y con mucho viento.
El lugar es increíble, unas dunas aguardan kilómetros de ancha playa delimitada por acantilados; no hubo narices de bañarse pero la aventura mereció la pena. ¡Buena manera de despedirnos de Natalia y David!
Cucao
Apareció la lluvia y decidimos quedarnos en un hospedaje cercano. Aquí conocimos a un rastaman con su mujer e hijo que nos acabó de convencer con ir a Quellón y al que veríamos repetidamente. Aprovechamos para comentear lo gracioso que nos resulta coincidir con la misma gente en diferentes lugares cuando se viaja...nos ha pasado en varias ocasiones con diferentes personas, y te alegra.
Apareció la lluvia y decidimos quedarnos en un hospedaje cercano. Aquí conocimos a un rastaman con su mujer e hijo que nos acabó de convencer con ir a Quellón y al que veríamos repetidamente. Aprovechamos para comentear lo gracioso que nos resulta coincidir con la misma gente en diferentes lugares cuando se viaja...nos ha pasado en varias ocasiones con diferentes personas, y te alegra.
Fuimos al supermercado del pueblo a buscar algo para cenar y regresando con unas sopas y algo de fruta bajo el brazo... sorpresa!, de un quincho salía humo de unas brasas y se acercaba la gente. Era la sede social del pueblo y celebraban su fiesta costumbrista; no era la famosa fiesta de la luna pero nos fue de maravilla ya que hacían anticuchos ( brochetas enormes de carne de vacuno y longaniza)
y Navegaos ( vino tinto hervido con naranjas, limones, azúcar y canela), y así al lado del fuego cenamos y nos fuimos navegaos a dormir... Quellón nos espera...
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